Evidencia Histórica adicional:
La Iglesia primitiva siempre creyó que María era siempre Virgen. El primer testimonio no bíblico lo encontramos en el escrito apócrifo Protoevangelio de Santiago cerca del 150 d.C. y luego en el evangélio apócrifo de Tomás. Estos escritos aunque no son considerados inspirados son evidencia histórica valiosa que demuestran que los primeros cristianos creían en la Virginidad perpetua de María.
En los escritos dejados por los padres de la Iglesia los primeros siglos de cristianismo se pueden encontrar numerosas referencias a la Virginidad de María, entre los cuales tenemos los de Hilario de Potiers (Comentarios sobre Mateo 1,4), Ireneo (Contra las herejías 180 d.C.) Atanasio (Tratado contra los arrianos 365 d.C.), Justino Mártir (Dialogo con Trifón 155 d.C.), Epifanio de Salamina (Antídotos contra los errores de los herejes 374 d.C.), etc.
El primero que formuló la idea de que María tenía otros hijos fue Elvidio en el 380 d.C. y San Jerónimo, uno de los más notables eruditos de la época escribió una contundente refutación titulada "Contra Elvidio, por San Jerónimo"
Los principales reformadores protestantes Martín Lutero y Juan Calvino defendieron con mucha fuerza la virginidad de María. Lutero escribió más de 60 homilías y sermones alabando a María y nunca dejó de venerarla con la oración del Magnificat, mientras que Calvino afirmaba comentando el pasaje de Mateo 13,55 que los hermanos de Jesús no son otros hijos de María, sino todos los parientes: "Sostener lo opuesto significa dar prueba de ignorancia, de locas sutilezas y de abuso de la Escritura".