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MARIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

El Antiguo Testamento se refiere a Nuestra Señora tanto en sus profecías como en sus tipos o figuras. La primera profecía referente a María se encuentra en los capítulos iniciales del Libro del Génesis (3:15): "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; ella te aplastará la cabeza y tú estarás al acecho de su talón". Esta versión parece diferir en dos aspectos del texto original hebreo: En primer lugar, el texto hebreo emplea el mismo verbo para las dos versiones traducidas "ella te aplastará" y "tú estarás al acecho"; Por tanto el castigo infligido a la serpiente y la venganza de ésta están expresadas con el mismo verbo: pero la herida sufrida por la serpiente es mortal, ya que afecta a la cabeza, mientras que la herida causada por ella no es mortal, ya que es infligida en el talón. Finalmente la expresión "la mujer" en la frase "Pondré enemistad entre ti y la mujer" es una traducción literal del texto hebreo. La Gramática Hebrea de Gesenius-Kautzsch establece la norma: es un rasgo peculiar del hebreo el uso del artículo para indicar una persona o cosa todavía desconocida o que todavía está por describir con claridad, ya se encuentre presente o tenga que considerarse bajo las condiciones del contexto. Dado que nuestro artículo indefinido cumple este propósito, se podría traducir: "Pondré enemistad entre ti y una mujer". Por tanto la profecía promete una mujer, Nuestra Señora, que será la enemiga de la serpiente en un grado sobresaliente. Además, la misma mujer saldrá vencedora sobre el Demonio, al menos a través de su hijo.
  • La segunda profecía referente a María se encuentra en Isaías 7:1-17. Los críticos se han empeñado en representar este pasaje como una combinación de sucesos y palabras del profeta escritos por un autor desconocido . La credibilidad del contenido no resulta necesariamente afectada por esta teoría, ya que las tradiciones proféticas pueden quedar registradas por cualquier escritor sin perder por ello su credibilidad. Pero incluso Duhm considera la teoría como un intento aparente por parte de los críticos de averiguar hasta dónde están dispuestos a aguantar pacientemente los lectores; opina que es una verdadera desgracia para la crítica en cuanto tal el que haya encontrado un mero compendio en un pasaje que describe tan gráficamente la hora del nacimiento de la fe.Según II Reyes 16:1-4, y II Paralipómenos 27:1-8, Ajaz, que comenzó su reinado en el 736 a. C., profesaba abiertamente la idolatría, de forma que Dios lo dejó a merced de los reyes de Siria e Israel. Al parecer se había esta Sin embargo, las promesas mesiánicas hechas a la casa de David no pueden frustrarse: "El Señor mismo os dará una señal. He aquí que una virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y será llamado Emmanuel. Y se alimentará de mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y elegir lo bueno. Pues antes que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, la tierra por la cual temes de esos dos reyes será devastada". debemos limitarnos aquí a la prueba evidente de que la virgen mencionada por el profeta es María, la Madre de Cristo. La argumentación se basa en las premisas de que la virgen mencionada por el profeta es la madre de Emmanuel, y que Emmanuel es Cristo. La relación de la virgen con Emmanuel está claramente expresada en las palabras inspiradas; las mismas indican, asimismo, la identidad de Emmanuel con Cristo. La relación de Emmanuel con la señal divina extraordinaria que iba a ser concedida En 9:6 "nos ha nacido un niño, nos ha sido dado un hijo, que tiene sobre su hombro la soberanía, y que se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la paz". Finalmente, el profeta llama a Emmanuel "vara del tronco de Jesé", agraciado con "el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de entendimiento y de temor de Dios"; su venida irá seguida de los signos generales de la era mesiánica, y los que queden del pueblo escogido serán de nuevo el pueblo de Dios (11:1-16).Cualquier oscuridad o ambigüedad que pudiera haber en el texto profético es eliminada por S. Mateo (1:18-25). Después de narrar las dudas de San José y la reafirmación del angel "lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo", el evangelista continúa: "Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta, que dice: He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel". No es necesario que repitamos la explicación del pasaje dada por comentaristas católicos que responden a las objeciones que se han hecho contra el significado obvio del evangelista. De todo lo anterior se puede deducir que María es mencionada en la profecía de Isaías como madre de Jesucristo; a la luz de la referencia a la profecía hecha por S. Mateo, se puede añadir que ésta predijo también la virginidad de María, intacta en la concepción de Emmanuel .

  • Una tercera profecía referente a Nuestra Señora se encuentra en Miqueas 5:2-3: "Y tú, Belén de Efrata, pequeño para ser contado entre las familias de Judá, de ti me saldrá quien señoreará en Israel, cuyos orígenes vienen del comienzo, de los días de la eternidad. Los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá, y el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel". Aunque el profeta (750-660 a. de C., aproximadamente) fue contemporáneo de Isaías, su actividad profética comenzó un poco más tarde y finalizó un poco antes que la de Isaías. No cabe ninguna duda de que los judíos consideraban que las predicciones anteriores se referían al Mesías. Según S. Mateo (2:6), cuando Herodes preguntó a los sumos sacerdotes y escribas dónde iba a nacer el Mesías, le respondieron con las palabras de la profecía, "Y tú Belén, tierra de Judá, ..." Según S. Juan (7:42), el populacho judío reunido en Jerusalén para la celebración de la fiesta formuló la pregunta retórica: "¿No dice la Escritura que del linaje de David y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Mesías?". La paráfrasis caldea de Miqueas 5:2 confirma la misma opinión: "De ti me saldrá el Mesías, que señoreará en Israel". Las mismas palabras de la profecía no admiten prácticamente otra explicación; pues "sus orígenes son del comienzo, desde los días de la eternidad". Mas, ¿cómo se refiere la profecía a la Virgen María Nuestra Señora es mencionada con la frase "hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá". Es cierto que "la que ha de parir" se ha referido también a la Iglesia (S. Jerónimo, Teodoreto), o al grupo de gentiles que se unieron a Cristo (Ribera, Mariana), o también a Babilonia (Calmet); pero, por una parte, no hay apenas relación suficiente entre ninguno de estos sucesos y el redentor prometido; por otra parte, el pasaje debería decir "hasta el tiempo en que la que es estéril parirá" si el profeta se hubiera referido a cualquiera de dichos sucesos. Tampoco puede "la que ha de parir" referirse a Sión: Sión es mencionada sin sentido metafórico antes y después de este pasaje, de modo que no se puede esperar que el profeta recurra de repente a un lenguaje figurado. Mas aún, si se explica así la profecía, no tendría un sentido cabal. Las frases contextuales "el señor de Israel", "sus orígenes", que en hebreo implica nacimiento, y "sus hermanos" hacen referencia a un individuo, no a una nación; de ello se deduce que el parto debe referirse a esa misma persona. Se ha mostrado que la persona que gobernará es el Mesías; por ello, "la que ha de parir" debe referirse a la madre de Cristo, Nuestra Señora. Así explicado, todo el pasaje aparece claro: el Mesías ha de nacer en Belén, un pueblo insignificante de Judá; su familia debe estar reducida a la pobreza y la oscuridad antes del momento de su nacimiento; como esto no puede suceder si la teocracia permanece intacta, si la casa de David continúa floreciendo, "por ello los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá" al Mesías.

  • Una cuarta profecía referente a María se encuentra en Jeremías 21:22: "El Señor ha creado algo nuevo sobre la tierra: una mujer conseguirá un hombre". El texto del profeta Jeremías ofrece no pocas dificultades para el intérprete científico; nosotros seguiremos la versión de la Vulgata latina del original hebreo. Pero incluso esta traducción ha sido explicada de muchas formas diferentes: Rosenmuller y muchos intérpretes protestantes conservadores defienden la versión "una mujer protegerá a un hombre", mas tal argumento difícilmente podría inducir a los hombres de Israel a retornar a Dios. La explicación "una mujer buscará a un hombre" apenas está de acuerdo con el texto; además, tal inversión del orden natural es presentada en Isaías 4:1 como una señal de la más absoluta catástrofe. La versión de Ewald "una mujer se convertirá en un hombre" es muy poco fiel al texto original. Otros comentaristas ven en la mujer un símil de la Sinagoga o de la Iglesia, en el hombre un símil de Dios, de modo que pueden explicar la profecía "Dios morará de nuevo en medio de la Sinagoga (o del pueblo de Israel)" o "la Iglesia protegerá la tierra con sus valientes hombres". Pero el texto hebreo difícilmente evoca ese significado; además, esa explicación convertiría ese pasaje en una tautología: "Israel retornará a su Dios, ya que Israel amará a su Dios". Algunos autores recientes traducen el original hebreo por: "Dios crea algo nuevo sobre la tierra: la mujer (esposa) retorna al hombre (su marido)". Según la ley antigua (Deuteronomio 24:1-4; Jeremías 3:1), el marido no podía volver a aceptar a su mujer una vez que la había repudiado; pero el Señor introducirá una novedad al permitir a la mujer infiel, o lo que es lo mismo, la nación culpable, volver a la amistad con Dios. Esta explicación se basa en una corrección aventurada del texto; además, no implica necesariamente el significado mesiánico que se espera del pasaje.Los Padres griegos siguen generalmente la versión de la Septuaginta, "El Señor ha creado salvación en una nueva plantación, los hombres caminarán seguros"; mas S. Atanasio combina la versión de Aquila dos veces "Dios ha creado algo nuevo en la mujer" con la de la Septuaginta, diciendo que la nueva plantación es Jesucristo, y que lo nuevo creado en la mujer es el cuerpo del Señor, concebido en la mujer virgen sin la participación del hombre. También S. Jerónimo entiende el texto profético de la virgen que concibe al Mesías. Esta explicación del pasaje concuerda con el texto y con el contexto. Como la Palabra Encarnada poseyó desde el primer instante de su concepción todas sus perfecciones, exceptuando aquellas relacionadas con su desarrollo corporal, es correcto afirmar que su madre "conseguirá un hombre". No es necesario señalar que tal condición en una criatura recién concebida es denominada, con razón, "algo nuevo sobre la tierra". El contexto de la profecía describe, después de una breve introducción general (30:1-3), la futura libertad de Israel y la restauración en cuatro estancias: 30:4-11, 12-22; 30:23; 31:14, 15-26; las tres primeras estancias terminan con la esperanza del tiempo mesiánico. La cuarta debería esperarse también que tuviera un final similar. Además, la profecía de Jeremías, pronunciada alrededor del 589 a. de C. y entendida en el sentido que se acaba de referir, concuerda con las expectativas mesiánicas contemporáneas basadas en Isaías 7:14; 9:6; Miqueas 5:3. Según Jeremías, la madre de Cristo se diferencia de las otras madres en que su Hijo, incluso cuando aún está en su vientre, tiene todas las propiedades que constituyen la verdadera naturaleza humana.

El Antiguo Tetamento se refiere indirectamente a María en aquellas profecías que predicen la encarnación del Verbo de Dios.Tipos y figuras de María en el Antiguo Testamento. Para estar seguros del significado de un tipo, este significado debe ser revelado, es decir, debe habernos sido transmitido a través de la Sagrada Escritura o de la tradición. Algunos escritores piadosos han desarrollado por su cuenta numerosas analogías entre ciertos datos del Antiguo Testamento y los datos correspondientes del Nuevo Testamento; sin embargo, por muy ingeniosas que estas correlaciones puedan ser, no demuestran que Dios tuviera de hecho la intención de transmitir en los textos inspirados del Antiguo Testamento las verdades de la correspondencia establecida. Por otra parte, debe tenerse presente que no todas las verdades contenidas ya sea en las Escrituras o en la tradición han sido explícitamente propuestas a los creyentes como verdades de fe por definición expresa de la Iglesia.

  • "el arbusto que arde sin consumirse" (Exodo 3:2) la figura de María en la concepción de su Hijo sin perder su virginidad.
  • La segunda antífona de Laudes del mismo Oficio contempla en el vellón de lana de Gedeón, húmedo por el rocío mientras que la tierra a su alrededor había permanecido seca (Jueces 6:37-38), un tipo de María recibiendo en su vientre al Verbo Encarnado.
  • El Oficio de la Bienaventurada Virgen aplica a María muchos de los pasajes referentes a la esposa del Cantar de los Cantares y también los referentes a la sabiduría del Libro de los Proverbios 8:22-31. Un "jardín cerrado, una fuente sellada" mencionado en Cantares 4:12 aplicado a María es sólo un ejemplo concreto de todo lo referido anteriormente.
  • Además, Sara, Débora, Judit y Ester son utilizadas como tipos de María; el arca de la Alianza, sobre la que se manifiesta la misma presencia de Dios, es utilizada como la figura de María llevando al Verbo Encarnado en su vientre. Pero es especialmente Eva, la madre de todos los vivientes (Génesis 3:20), la que es considerada como un tipo de María, que es la madre de todos los vivientes en el orden de la gracia.